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Introducción

i INTRODUCCIÓN

 

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INTRODUCCIÓN A LOS RIESGOS Y PELIGROS EN PUERTO RICO

El huracán María expuso la fragilidad del ambiente construido y la necesidad de repensar la reconstrucción de millones de hogares y cientos de comunidades. Puerto Rico actualmente se enfrenta a terremotos, derrumbes, licuefacción, calor extremo e inundaciones causadas por el aumento en lluvias, los tsunamis, el aumento del nivel del mar y las marejadas ciclónicas. Conocer mejor estos peligros le ayudará a preparar su hogar, familia y comunidad para eventos futuros. Esta sección le ayudará a entender estos peligros y le proveerá recursos para establecer las estrategias más seguras para proteger su localidad contra riesgos ambientales.

Al planificar para riesgos futuros y tomar decisiones a largo plazo, se deberían tomar en cuentas las proyecciones de cambio climático para que la gente y las comunidades estén mejor preparadas para las próximas catástrofes. Según los pronósticos de la Evaluación Nacional del Clima, las consecuencias de los eventos extremos causados por el cambio climático se agravarán con el pasar del tiempo, ocasionando impactos económicos y agotando cada vez más los recursos de las comunidades. Los riesgos proyectados para el futuro incluyen:

  • Puerto Rico está cerca de la zona de subducción entre las placas tectónicas de Norteamérica y del Caribe, ubicado justo en una de las rutas más activas de huracanes, lo cual expone a la isla a varios peligros, tales como derrumbes y tsunamis.
  • Se espera que Puerto Rico se caliente más rápido que el promedio mundial, con incrementos tanto en las temperaturas medias como en las extremas. 
  • las temperaturas medias como en las extremas.
  • Los cambios en los patrones de precipitación y temperaturas propiciarán eventos extremos de lluvia con mayor frecuencia, pero también se prevé que la precipitación disminuirá en las temporadas de lluvia, lo cual aumentará el riesgo de sequía e incendios. Se espera que la región este confronte la mayor disminución en precipitación en las próximas décadas, seguida por la región central montañosa. 
  • El aumento del nivel del mar erosionará las costas, especialmente en la parte oeste de la isla, cerca de Rincón. 
  • Estos efectos se verán agravados por tormentas cada vez más frecuentes e intensas, con marejadas ciclónicas más fuertes, lo cual contribuirá a la erosión de las costas y la retirada del litoral.
  • En la década de 1950, la contrucción de viviendas rápidas y no planificadas condujo a la ocupación de lugares vulnerables, la destrucción de ecosistemas, incluidos bosques y humedales, creación de acceso desigual al agua y otros servicios. Y alentó prácticas de construcción inseguras, que afectaron la capacidad de las viviendas y las comunidades para resistir impactos de los peligros naturales. 
  • En la década de 1950, la contrucción deviviendas rápidas y no planificadas condujo a la ocupación de lugares vulnerables, la destrucción de ecosistemas, incluidos bosques y humedales, creación de acceso desigual al agua y otros servicios. Y alentó prácticas de construcción inseguras, que afectaron la capacidad de las viviendas y las comunidades para resistir impactos de los peligros naturales. 
  • Esto compromete a los ecosistemas naturales y nativos que se habían adaptado y protegido la tierra de los peligros naturales por milenios: áreas de la isla, que podrían soportar el sitio drenaje, ahora están cubiertos con superficies impermeables como concreto que crea inundaciones en lugar de acuíferos de recarga. El desarrollo continuo en peligrosas ubicaciones, en combinación con los cambios crecientes en el clima y la incapacidad de permitir el cumplimiento con código de construcción, sólo exacerbaría el hogar y las comunidades socioeconómicamente vulnerables.
  • La ubicación de la vivienda sumada a otras vulnerabilidades tales como el ingreso, la edad y el estado de salud contribuyen a un exposición al riesgo. Estructuras ubicadas en la costa es propensa a inundaciones y erosión costera, altas ráfagas de viento desafían la implementación correcta del cimiento del edificio, mientras que las comunidades montañosas, especialmente aquellos cercanos a los cauces de los ríos, se ven afectados por desbordamiento del depósito de agua y escorrentías peligrosas.
  • Además, gran parte de la infraestructura de Puerto Rico está ubicada en áreas costeras, incluyendo los servicios de agua potable y tuberías sanitarias, las estaciones de bombeo, aguas residuales de tratamiento, plantas de energía asociadas a los sistemas de distribución. Considere que todos estos fueron impactados por el huracán María y afectó la habitabilidad de la vivienda y la calidad de vida de miles de personas

IDENTIFICAR LOS TIPOS DE PELIGRO

Todo hogar, esté ubicado en una casa o en una edificación multifamiliar, debe reforzarse contra el impacto directo de los peligros proyectados y de los efectos que ocurren en cadena tras el paso de estos fenómenos naturales, tales como averías en los sistemas eléctricos o bloqueos en las carreteras. Identificar y clasificar los peligros existentes y los anticipados es un primer paso esencial para lograr un hogar y una comunidad más segura y resistente, y es fundamental para implementar estrategias más seguras. Para proteger un hogar, siempre debe considerarse en el contexto de su ubicación en su entorno, ya que un mismo peligro puede manifestarse de formas distintas en las montañas, los valles y las regiones costeras de Puerto Rico. En las regiones montañosas centrales —con sus cerros inclinados, y en combinación con el patrón de desarrollo— los peligros de derrumbe son cada vez más preocupantes. Las zonas costeras cada vez corren mayor riesgo de inundaciones, marejadas ciclónicas y erosión litoral. A nivel regional, utilizar una estrategia para la planificación y las políticas de uso de terrenos puede ayudar a aumentar su resiliencia contra estos peligros de desastre y mitigar los efectos de los mismos. Construir de acuerdo con los códigos actuales es el paso inicial y más importante, para crear un hogar resistente. No obstante, esto por sí solo no es suficiente para resistir el impacto de los eventos climáticos, que pueden causar daños en otros sistemas, tales como los servicios públicos, las carreteras y otras infraestructuras que brindan apoyo a los hogares y a las comunidades. Por lo tanto, es crucial contar con alternativas para brindar apoyo a los hogares afectados si dichos sistemas no están disponibles. Las estrategias en esta guía buscan mitigar estos impactos y fortalecer los hogares, con el objetivo principal de preservarlos.

Esta sección se enfocará principalmente en los distintos tipos de peligros naturales comunes en Puerto Rico que son ocasionados por desastres de gran escala, como los ciclones tropicales y los terremotos. Para propósitos de esta guía, los peligros se agruparán en tres categorías principales:

Aire (atmosféricos), Agua (hidrológicos) y Tierra (geológicos).

A menudo, las comunidades deben enfrentarse a más de un tipo de peligro, como también a retos únicos basados en sus vulnerabilidades sociales, económicas y físicas, lo cual los expone a diferentes niveles de riesgo:

Aire (atmosféricos) se enfoca en los efectos del aumento de las temperaturas atmosféricas, lo cual lleva a vientos de mayor velocidad, ciclones tropicales más poderosos y calor extremo, lo cual a su vez crea las condiciones ideales para sequías e incendios forestales.
Agua (hidrológicos) abarca las consecuencias del aumento del nivel del mar, las marejadas ciclónicas y los cambios en precipitación que llevan a inundaciones y a sequías.
Tierra (geológicos) se refiere a los movimientos de tierra, lo cual incluye los terremotos y los movimientos telúricos causados por la compactación, lo cual lleva a la licuefacción, la erosión, los derrumbes y hundimientos. compaction, which leads to liquefaction, erosion, landslides, and subsidence.
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AIRE (ATMOSFÉRICOS)

VIENTOS FUERTES

Uno de los peligros principales ocasionados por los huracanes o "ciclones tropicales" es los vientos fuertes, además de las inundaciones causadas por marejadas ciclónicas y lluvias intensas. Los vientos más fuertes se encuentran cerca del centro u "ojo" de la tormenta, así que cuanto más amplia sea la tormenta, más lugares quedarán afectados por los vientos más fuertes. Los ciclones tropicales por lo general surgen durante la temporada de huracanes, que transcurre desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, ya que estos sistemas requieren una temperatura superficial del mar de por lo menos 82 grados Fahrenheit. Los eventos se clasifican por la velocidad de los vientos:

depresiones tropicales (hasta 38 mph), tormentas tropicales (39 - 73 mph) y huracanes (74 mph o más), que se subdividen en categorías: Categoría 1 (75 - 95 mph), categoría 2 (95 - 110 mph), categoría 3 (111 - 129 mph), categoría 4 (130 - 156 mph) y categoría 5 (157 mph o más).

La exposición a los vientos fuertes puede variar según la localización, el terreno y demás condiciones geofísicas. Los terrenos abiertos tienen más posibilidad de sufrir daños por los vientos, pero las áreas de gran densidad poblacional tienen mayor potencial de verse afectadas por escombros arrastrados por los vientos.

  • En las áreas montañosas, los suelos pueden desestabilizarse a medida que los vientos vayan arrancando los árboles y las plantas y la precipitación sature la tierra.
  • Los vientos fuertes pueden causar daño a las copas de los árboles, secar árboles y romper las ramas lo cual, en conjunto con otros factores como sequías y temperaturas elevadas, puede aumentar el riesgo de incendios.

IMPACTOS A LA VIVIENDA

Hay más de 1 millón de viviendas en zonas costeras y pocas están fortificadas para resistir vientos fuertes, lluvias extremas o las marejadas ciclónicas de tormentas y huracanes. La marejada ciclónica llega a tierra impulsada por los vientos huracanados, y alcanzará más propiedades según siga creciendo el nivel del mar. Vientos fuertes:

  • Los vientos intensos y las lluvias torrenciales pueden causar el colapso de líneas eléctricas inestables, arrancar árboles de raíz y levantar escombros y vegetación.
  • Los vientos fuertes generan una gran cantidad de escombros que pueden llegar a perforar edificaciones. Esto entonces permite que la lluvia, impulsada por el viento, invada el interior de la estructura. Esto ocasiona más daños por agua y permite que la presión del viento aumente en el interior, lo cual lleva a daños estructurales.
  • Los vientos fuertes pueden destruir techos, paredes, ventanas, sistemas estructurales y cimientos.
  • Las lluvias torrenciales causan daños en puertas y ventanas y pueden levantar los techos desde el interior.
  • Los escombros arrastrados por el viento pueden convertir otros objetos sueltos, e incluso árboles grandes, en proyectiles.
  • Los vientos fuertes pueden ocasionar daños en los cimientos y las estructuras en general, obstrucciones en el sistema de alcantarillado, interrupciones en los sistemas eléctricos, la ruptura de depósitos de contaminantes y moho en superficies y estructuras.
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SEQUÍAS

Las sequías son ocasionadas por una reducción en precipitación, lo cual causa escasez de agua y una serie de efectos relacionados a nivel económico, ambiental y social. Es posible que las sequías continúen empeorando para la isla a medida que aumentan las temperaturas y disminuye la precipitación, con días secos cada vez más frecuentes. La temporada seca en Puerto Rico es principalmente desde diciembre hasta abril, antes de la temporada de huracanes. Cuando ocurre una sequía, los acuíferos subterráneos no se reabastecen, lo que reduce la capa freática. La disminución de la capa freática seca el suelo que está por encima de ella. Cuando el suelo se seca, esto causa que el terreno se hunda, ocasionando "subsidencia", o hundimientos, e inestabilidad.

  • Las sequías afectan la vegetación en todos los lugares de la región y genera inseguridad alimentaria.
  • Las sequías amenazan los suministros de agua, lo cual pone en peligro a las personas y los cultivos.
  • Los bosques húmedos de las llanuras se secan por la sequía y la pérdida de follaje causada por ciclones, y se convierten en combustible para los incendios.

Impactos a la vivienda

  • Las sequías pueden reducir el caudal de los arroyos, los niveles de lagos y embalses y la humedad en el suelo, agotar las reservas de acuíferos y disminuir las reservas de agua subterránea, lo cual limita el suministro de agua potable a los hogares.
  • Las sequías limitan el agua para las granjas y los jardines.
  • La vegetación seca aumenta el riesgo de incendios, ya que genera brasas que pueden ser movidas por el viento, una de las principales causas por las que se queman estructuras en los incendios forestales. El viento puede transportar las brasas por más de una milla, según la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, por sus siglas en inglés).

Muchos hogares se encuentran en áreas adyacentes a zonas de vegetación densa, conocidas como "zonas de interfaz de incendios urbano-forestales". Estas zonas son susceptibles a incendios y condiciones determinadas por el tipo y la distribución de la vegetación, la flamabilidad de las estructuras en el área, la densidad poblacional, los patrones climáticos, la topografía, la hidrología y la construcción vial.

CALOR EXTREMO

El calor extremo es una combinación de temperaturas elevadas, mucha humedad y evaporación que alcanza 10 grados o más por encima de la alta promedio para la región. Desde el 1950, la temperatura anual de Puerto Rico (81 grados Fahrenheit) ha aumentado por más de 1.5 grados Fahrenheit. Para el 2100, habrán más días de calor extremo y la temperatura aumentará anualmente por 9.5 grados. Las enfermedades relacionadas con el calor se exacerban con las condiciones atmosféricas estacionarias y la mala calidad del aire, por lo que las personas que viven en áreas urbanas son más vulnerables a los efectos de las olas de calor prolongadas que quienes viven en áreas rurales. El calor extremo también puede afectar a las comunidades, ya que provoca un aumento en la demanda por mayor ventilación y sistemas de enfriamiento en las edificaciones junto con una mayor dependencia en la energía eléctrica. El aumento de las temperaturas promedio puede limitar el tiempo que la gente pasa al aire libre a la vez que libera más contaminantes atmosféricos, lo cual lleva a una calidad de aire deficiente y mayor desgaste térmico en los residentes.

Impactos a la vivienda

El calor puede afectar las viviendas de manera significativa, especialmente porque las casas modernas dependen de sistemas mecánicos de enfriamiento para la comodidad de sus ocupantes. Las superficies oscuras, tan comunes en las áreas más desarrolladas, absorben el calor del sol y luego lo irradian, lo cual crea zonas localizadas más calurosas. Los riesgos a la salud son mayores para todo el mundo. Cuanto más dura el calor, más peligroso se vuelve para las poblaciones vulnerables, tales como los envejecientes, las personas con problemas de salud, asma u otras enfermedades respiratorias, los niños y las mascotas. Los impactos a la vivienda incluyen:

  • Mayor demanda por sistemas mecánicos de enfriamiento, lo cual recarga la red eléctrica y provoca apagones.
  • Aumento en la demanda de agua, lo cual sobrecarga los suministros de agua.
  • Mayores riesgos a la salud debido a las temperaturas elevadas constantes y el aire caliente, que puede causar problemas cardíacos y respiratorios.
  • El efecto "isla de calor": las comunidades urbanas están expuestas a temperaturas más altas, en comparación con las áreas rurales y más verdes, debido a la cantidad de superficies que absorben el calor.

 

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AGUA (HIDROLÓGICOS)

INUNDACIÓN

Una inundación es un desbordamiento de agua que sumerge áreas que por lo general están secas. Hay cientos de cuerpos de agua en Puerto Rico, muchos de los que son susceptibles a desbordarse. Los daños causados en Puerto Rico por las inundaciones continúan en aumento gracias a los cambios en el clima, que propician más tormentas y un mayor aumento en el nivel del mar. Debido a la urbanización acelerada de Puerto Rico en las últimas décadas, las cuencas ahora están cubiertas de superficies impermeables (asfalto, concreto y techados) que evitan que la lluvia se filtre hacia los suelos, lo cual obstaculiza el ciclo del agua. La Junta de Planificación de Puerto Rico, en conjunto con FEMA, estima que hay 252,748 estructuras en toda la isla que están en riesgo de inundación. Al combinar las lluvias excesivas con las viviendas ubicadas en las planicies inundables, las carreteras sin pavimentar y las cuestas empinadas, se exacerba la tasa de erosión, lo cual tiene efectos adversos en la capacidad de los embalses, la calidad del agua y los hábitats marinos costeros. Con frecuencia, las lluvias abundantes y las tormentas extremas también provocan deslizamientos de tierra. Puerto Rico es sumamente susceptible a los derrumbes debido a su terreno montañoso, especialmente en áreas rurales donde es más frecuente encontrar edificaciones vulnerables en colinas y laderas. Hay varios tipos de inundación y la exposición será distinta según la localización. Los distintos tipos de inundación incluyen:

  • Inundaciones en zonas interiores, que pueden ser el resultado de aguaceros durante un periodo corto de tiempo o de periodos prolongados de lluvia. Las inundaciones interiores o "inundaciones urbanas" pueden ocurrir por fallos de infraestructura (por ejemplo, cuando las líneas de desagüe se tapan) o por lluvias extremas.
  • Inundaciones repentinas, que por lo general se desarrollan rápidamente en áreas urbanas, donde hay superficies impermeables o sistemas de alcantarillado que evitan que el agua se escurra. 
  • Inundaciones fluviales que ocurren cuando los ríos se desbordan debido a las lluvias, las escorrentías provenientes de áreas más elevadas y, en áreas cercanas a la costa, debido a las marejadas ciclónicas e inundaciones costeras y por la marea. Las inundaciones fluviales provocan la erosión de las riberas, dejan sedimentos en los embalses y otras infraestructuras, y evitan que haya suficiente agua para almacenar y distribuir. Los valles son los más afectados por las inundaciones fluviales y en zonas interiores causadas por la lluvia, ya que pueden causar deslizamientos de tierra en los terrenos menos estables.
  • Inundaciones por marea que pueden ser causadas por las variaciones normales de la marea y el nivel del mar. Según el nivel del mar aumenta, los cambios en la marea ocurrirán cada vez más tierra adentro.
  • Inundaciones costeras y marejadas ciclónicas, que son inundaciones en la costa, principalmente ocasionados por marejadas ciclónicas en las áreas costeras. Las marejadas ciclónicas ocurren cuando el aumento del nivel del agua generado por una tormenta es mayor que las mareas astronómicas previstas. Este aumento en el nivel de las aguas puede causar inundaciones extremas en las áreas costeras, particularmente si la marejada ciclónica coincide con la marea alta normal, ocasionando marejadas ciclónicas de hasta 20 pies de alto, o más algunos casos. El aumento del nivel del mar continuará agravando los efectos de los peligros en las zonas costeras, incluidas las marejadas ciclónicas.
  • La erosión costera es la pérdida de litoral cuando las olas y corrientes retiran la arena de la playa. Las zonas costeras reciben las marejadas ciclónicas directas más fuertes e intensas, al igual que la erosión y las inundaciones resultantes.

Impactos a la vivienda

Existen modelos que predicen que, para el 2100, el área total de las costas en Puerto Rico se reducirá por 3.6%, lo cual causará problemas significativos para todos los propietarios de vivienda. Más del 92% de los municipios en la costa registraron una pérdida de litoral, lo cual significa una pérdida de tierras comunitarias para la vivienda, las infraestructuras asociadas y la economía local. Esto deja las propiedades costeras aún más vulnerables ante futuros desastres.

Las inundaciones pueden causar:

  • Problemas de salud por la exposición a aguas contaminadas
  • Aguas estancadas que exponen a los habitantes a enfermedades transmitidas por vectores
  • Daños de infraestructuras, tales como represas y diques, que ocasionan daños adicionales
  • Daños a los sistemas estructurales de las edificaciones con armazón en madera
  • Daños a los sistemas eléctricos y las tuberías
  • Pérdida de los acabados interiores y los contenidos de la vivienda
  • Crecimiento de moho tóxico
  • Emisión de químicos o combustibles domésticos peligrosos
  • Erosión del terreno alrededor de las viviendas

Inundación por marejada ciclónica:

  • Este tipo de inundación arrasa terrenos y hogares con su oleaje y a menudo destroza las plantas bajas de los edificios, así causando más daños que el viento o las inundaciones por sí solas.
  • La actividad intensa del oleaje puede hacer que los litorales retrocedan hacia el interior y que desaparezcan los paraderos.
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TIERRA (GEOLÓGICOS)

TERREMOTOS

Los terremotos son el producto de la liberación de energía acumulada dentro o a lo largo de los bordes de las placas tectónicas de la tierra: las ondas sísmicas se propagan desde el origen (epicentro) hacia fuera y hacen que el suelo tiemble. En ocasiones, los terremotos vienen seguidos por tsunamis y otros procesos de deconstrucción de lo suelos, tales como licuefacción, deslizamientos de tierra y hundimientos:

  • Licuefacción: la presión del agua aumenta en el sedimento del suelo y los granos de arena pierden contacto entre sí, haciendo que el sedimento fluya como líquido. La mayoría de los casos de licuefacción occurre en áreas que se han rellenado artificialmente. Aproximadamente 45% del área metropolitana en San Juan se ha construido sobre planicies costeras y antiguos humedales, lo cual hace que estas áreas sean sumamente propensas a la licuefacción.
  • Deslizamiento de tierra: es el movimiento cuesta abajo de las rocas o la tierra (o ambas) que ocurre en la superficie de la ruptura. Los deslizamientos de tierra pueden desencadenarse como consecuencia de aguaceros o terremotos y a menudo pueden suceder súbitamente y moverse con rapidez.
  • Hundimiento del terreno: es el asentamiento y compactación gradual o el hundimiento súbito de la superficie de la tierra.
  • Un tsunami es una serie de olas marinas generadas por desplazamientos y perturbaciones repentinas del fondo del mar, tales como terremotos, deslizamientos de tierra bajo agua o erupciones volcánicas, que ocurren en ocasiones a miles de millas de su origen. Los tsunamis no se pueden predecir, por lo que la gente tiene menos tiempo para desalojar y prepararse. Hay unas cuantas estrategias para mitigar los efectos de un tsunami. La mayoría de las gestiones para la reducción de riesgo se basan en procesos de preparación y desalojo.

Puerto Rico Earthquake & Social Vulnerability / Preliminary Damage Assessment

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IMPACTOS A LA VIVIENDA

  • Los terremotos desestabilizan los suelos y frecuentemente causan el derrumbamiento de edificios pos daños estructurales y a la propiedad. Los mayores daños ocurren cuando los edificios se han construido sobre roca sedimentaria no consolidada, especialmente cuando esta se satura de agua o cuando aumenta el nivel de las aguas subterráneas. Las estructuras de mampostería no reforzada corren mayores riesgos y son más vulnerables a los temblores menores que los edificios construidos según los códigos actuales de diseño sísmico (El Código Internacional de Construcción 2018 [IBC, por sus siglas en inglés]).
  • Hundimiento
    • Hace que los cimientos sean menos seguros
    • Aumenta el riesgo de inundación en las zonas más bajas
    • Acelera el aumento del nivel del mar porque el suelo está a un nivel más bajo, lo cual da paso a marejadas ciclónicas y capas freáticas más elevadas
  • Deslizamientos de tierra
    • Derrumban los hogares construidos en terrenos inestables, enterrando todo a su paso
    • Obstaculizan el acceso a las carreteras, lo cual evita que los equipos de manejo de emergencias puedan brindar sus servicios de rescate, provisiones y reparación
    • Prolongan los daños causados luego del paso de las lluvias y los terremotos cuando existen condiciones inestables, pero no evidentes.
  • Tsunamis causados por terremoto
    • Destruyen edificios e infraestructura con la gran potencia de su oleaje
    • Dispersan los escombros por áreas extensas
    • Causan erosión costera notable
    • Arrastran escombros que empeoran los daños ocasionados a las estructuras tras su paso

Después de ocurrir un evento sísmico, es posible que ya no sea seguro construir sobre el terreno. Inspeccione su hogar para garantizar su seguridad estructural.

Dato: Hay pocas áreas terrestres o islas que puedan evitar que un tsunami originado cerca de la fosa de Puerto Rico entre al océano Atlántico. A mayor escala, se pueden aplicar ciertas estrategias de administración de terrenos. Por ejemplo, la potencia del oleaje de los tsunamis se podría reducir en un 75% si las olas pasaran por 200 metros de manglar. También se ha descubierto que una franja de manglar de 1.5 km es capaz de atenuar una ola de hasta un metro de alto.

 

LA FOSA DE PUERTO RICO

La fosa de Puerto Rico es la parte más profunda del océano Atlántico y el mar Caribe, a poco más de 8,600 metros (5.3 millas). La fosa de Puerto Rico marca la delimitación entre dos placas tectónicas: la placa del Caribe y la placa Norteamericana. La placa Norteamericana se mueve de oeste a suroeste en relación con la placa del Caribe y se desplaza (se desliza) por debajo de esta. La Red Sísmica de Puerto Rico detectó 3,947 terremotos en 2016.

 

 

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LA HISTORIA DE LOS DESASTRES EN PUERTO RICO

No está de más destacar que la concienciación y la educación ayudan a crear resiliencia, a prepararse y a mitigar el impacto de futuras catástrofes. Casi siempre las lecciones surgidas de desastres anteriores han servido de catalítico para promover el cambio y el aprendizaje, tanto en la población general como en la política pública. Los huracanes Irma y María lograron causar daños adicionales debido a una combinación de factores ambientales, económicos, sociales, culturales y políticos, lo cual ha afectado la economía, el ambiente y la sociedad de Puerto Rico. El entender el contexto socioeconómico y político de un desastre ayuda a crear una perspectiva integral del impacto de este en la isla en ese momento y qué se puede hacer de cara al futuro.

Es esencial analizar los eventos catastróficos del pasado para entender cuán devastadores pueden ser los desastres naturales para las comunidades puertorriqueñas.

Conocer los patrones de uso del terreno y el desarrollo de los ambientes construidos es crítico para determinar la exposición al riesgo; pero los procesos sociopolíticos y económicos también influyen en la exposición desigual al peligro y el acceso discriminatorio a la asistencia. La siguiente retrospectiva comparativa analiza las lecciones aprendidas de ocho eventos históricos principales. Esta también ayuda a comprender mejor el panorama actual y futuro de la isla ante los desastres, en especial cómo estos eventos han llevado a cambios en distintos ámbitos, desde cómo las personas y comunidades se preparan y responden a los desastres, hasta la manera en que estos desastres han originado cambios en las políticas gubernamentales a distintos niveles. Estos eventos destacan cómo las personas ven, entienden y recuerdan los riesgos, como una suerte de mapa de la memoria colectiva de Puerto Rico en cuanto a los desastres naturales.

Cada uno de los siguientes eventos, aunque destructivo por naturaleza, obligó a Puerto Rico a adoptar códigos y normas de construcción más estrictos, a facilitar una fiscalización más rigurosa de los proyectos de desarrollo y construcción y a crear una planificación positiva para mitigar los peligros naturales.

1899 HURACÁN SAN CIRIACO

El huracán San Ciriaco ocurrió en 1899, justo cuando Puerto Rico se encontraba en plena transición entre el gobierno español y el estadounidense. Esto afectó la respuesta al huracán y contribuyó a la pobreza, la inestabilidad política y la falta de asistencia humanitaria en aquel momento. Este huracán fue considerado el desastre natural más mortífero en la historia de Puerto Rico, hasta el paso reciente del huracán María. Más de 3,300 personas murieron por las inundaciones y 25% de la población se quedó sin hogar. Se registraron vientos de hasta 100 mph y 28 días consecutivos de lluvia. La mayoría de los cultivos quedaron destruidos, incluso más de la mitad de los cultivos de caña, pero el peor impacto fue a los cafetales en la montaña. En los años subsiguientes, esto llevó a graves dificultades sociales y económicas en Puerto Rico. La marejada ciclónica que entró por el área de Humacao alcanzó por lo menos 15 pies de altura y llegó una milla tierra adentro. Este evento sirvió de base para determinar los procesos de asistencia en caso de desastre en la isla bajo protocolos de la milicia estadounidense. Se estableció un nuevo Servicio Meteorológico para recopilar información detallada.

1918 TERREMOTO DE SAN FERMÍN Y TSUNAMI

El epicentro de este terremoto se situaba a unos 35 kilómetros de Aguadilla en la costa noroeste del archipiélago. Este tuvo una magnitud de 7.1 ML en la escala Richter y fue seguido cinco minutos después por un tsunami con olas de hasta 20 pies de altura. Mayagüez y las ciudades aledañas fueron las más perjudicadas por San Fermín, con 116 muertes, más de $4 millones en daños y más de 10,000 víctimas que ahora se quedaban sin hogar. Las corrientes de los ríos y estuarios que se salieron de sus cauces derribaron los cimientos de los puentes, por lo que las infraestructuras colapsaron, truncando los cables telegráficos submarinos, paralizando los sistemas de comunicaciones y desencadenando deslizamientos de terreno. La mayoría de la propiedad perjudicada se encontró en Aguada y Añasco, donde muchos de los edificios de ladrillo y mampostería y las estructuras poco reforzadas sufrieron daños. Durante el terremoto se observaron instancias de licuefacción, al igual que casos de agrietamiento en las llanuras, particularmente en los cañaverales en el oeste de Puerto Rico. Luego del evento, se estableció un comité especial de terremotos, el cual aún continúa examinando la probabilidad de que se produzcan terremotos devastadores. Sus informes técnicos de 1919 ofrecían recomendaciones generales para la construcción de edificios resistentes a los terremotos. A raíz del evento de 1918, se produjeron otros documentos importantes, incluso recomendaciones por parte del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. y del Comisionado del Interior para que se revisaran los códigos de construcción en Puerto Rico.

1985 DERRUMBE DE MAMEYES

El derrumbe ocurrió durante los aguaceros extremos de la tormenta tropical Isabel, la cual trajo 70 mm de lluvia en solo una hora y desencadenó un desprendimiento de rocas que destruyó la mayor parte del área residencial de Mameyes al noroeste de Ponce. Otros factores contribuyeron al deslizamiento, tales como las aguas residuales que saturaron los suelos de este barrio densamente poblado ubicado en la ladera y un escape en las tuberías en la cima del derrumbe. El derrumbe de Mameyes destruyó y ocasionó daños a más de 200 hogares y mató a por lo menos 129 personas —la mayor cantidad de muertes causadas por un solo derrumbe en la historia de Norteamérica. Este evento resaltó la escasez de viviendas en Puerto Rico y la necesidad de más hogares asequibles. Luego del derrumbe, el gobernador ordenó un estudio de las comunidades improvisadas ubicadas en "zonas de alto riesgo", en donde se orientaría a la gente sobre los riesgos y se les brindaría asistencia para mudarse a otro lugar. Las inundaciones y deslizamientos de tierra causados por la tormenta Isabel en 1985 motivaron a las agencias federales a realizar evaluaciones exhaustivas (Informe de respuesta del equipo federal interestatal para la mitigación de riesgos de inundación, 1985) y generaron peticiones para estudios sobre los derrumbes y cambios de política, incluso en términos de zonificación.

1986 INCENDIO EN EL HOTEL DUPONT PLAZA

El Hotel Dupont Plaza en San Juan sufrió un terrible incendio el 31 de diciembre de 1986. Este edificio estaba ubicado en la avenida Ashford, en el corazón del área de Condado, una de las regiones turísticas más exclusivas en la ciudad capital. Tres miembros de la Unión de Tronquistas de Puerto Rico ocasionaron el incendio. El fuego destruyó el sótano, el vestíbulo y el casino y resultó en un total de 140 personas heridas y 97 muertes. Hubo que rescatar a más de 165 personas del techo del hotel y transportarlas a la playa más cercana. Tomó más de 6 horas para que los bomberos lograran extinguir las llamas. Este evento en el Dupont Plaza evidenció las carencias existentes en cuanto al equipo y la preparación contra incendios. Luego del siniestro, se aprobó una ley que exige que todo edificio multiuso público y privado tenga sistemas de rociadores automáticos y detectores de humo.

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1989 HURACÁN HUGO

El huracán Hugo entró a Puerto Rico por la costa sureste como un fuerte huracán categoría 3. Hasta el 2016, Hugo fue considerado el ciclón tropical más intenso, tras haber cobrado 24 vidas en Carolina del Sur y 34 en el Caribe, incluidas las islas de Guadalupe, St. Croix y Puerto Rico. Con un costo total de $9 mil millones, fue el huracán más dañino en tocar tierra en EE.UU. hasta ese momento. La tormenta también produjo derrumbes en el área este de Puerto Rico, lo cual llevó a la elaboración de pautas para determinar los riesgos de derrumbe con base en las evaluaciones de riesgo de las pendientes. Después de Hugo, se publicó un atlas de las marejadas ciclónicas para los municipios afectados en el área este —Yabucoa, Humacao, Fajardo, Naguabo, Ceiba, Luquillo y Río Grande (Post, 1994)— y una evaluación de la experiencia puertorriqueña con el modelo de marejadas ciclónicas de NOAA (SLOSH) para manejar los riesgos en la costa. Además, luego del paso de Hugo, los documentos federales de preparación se enfocaron en los códigos de construcción resistente contra huracanes (FEMA, 1989).

1998 HURACÁN GEORGES

Georges alcanzó categoría 4, ocasionando 8 muertes y cerca de $2 mil millones en pérdidas. El mayor daño lo causó en el sector agrícola: se perdió el 75% del cultivo de café y 95% de los cultivos de plátanos y guineos. El huracán destruyó 28,005 hogares y perjudicó otros 72,605. Ya para el 1998 Puerto Rico estaba siguiendo una serie de normas locales de reglamentos y permisos (ARPE) y las normas del Código Uniforme de Construcción para diseñar estructuras residenciales capaces de aguantar vientos de 125 mph. En 1999 se creó la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD). Luego de Georges, las normas federales para la construcción se enfocaron en las viviendas para una o dos familias en zonas propensas a huracanes y actividad sísmica. Oficiales de EE.UU. y Puerto Rico elaboraron un plan que prohibía la reconstrucción en áreas que fueran propensas al riesgo o que necesitaran evaluarse. Gracias al deterioro y colapso de ciertas estructuras principales en Puerto Rico, el impacto del huracán Georges en el ambiente construido sentó un precedente de optimización en los códigos de construcción.

2014-2016 SEQUÍA

La sequía ocurrida desde 2014 hasta 2016 fue la peor en la región del Caribe en los últimos 66 años. El Centro Nacional de Mitigación de Sequía (NDMC, por sus siglas en inglés) declaró un estado de sequía extrema y severa en Puerto Rico. En el 2015, más de 1.5 millones de personas se vieron afectadas por esta sequía. Los suministros de agua y hielo fueron racionados y facilitados en áreas públicas. Algunas áreas solo tenían agua disponible cada 24 horas por hasta 48 días. La sequía resecó los pastizales, lo cual resultó en una merma en la producción lechera y en los cultivos de mango y plátano. Los sectores de agricultura y turismo sufrieron las mayores pérdidas económicas. La sequía se considera una de las peores amenazas para Puerto Rico, por lo cual hoy día la seguridad alimenticia se ha convertido en una de las primeras prioridades en cuanto a preparación.

2017 HURACÁN MARÍA

Con una pérdida total estimada de más de $90 millones, el huracán María fue uno de los desastres más costosos en la historia de Estados Unidos. María también fue uno de los huracanes más letales en récord. Justo después del paso de la tormenta, las muertes atribuidas a María eran 64, pero esta cifra eventualmente resultó ser cerca de 3,000. Se desarrolló un nuevo modelo para incluir a aquellas personas cuyas vidas se redujeron debido a las tensiones causadas por la tormenta. Ahora el verdadero precio de la vulnerabilidad se puede ver reflejado con mayor precisión.

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ENTREVISTA CON FERNANDO ABRUÑA

Fernando Abruña tiene un Bachillerato en Arquitectura y una Maestría en Arquitectura de la Escuela de Diseño de Rhode Island y el Instituto de Tecnología Pratt respectivamente. En 1977, a sus 25 años, completó un doctorado no tradicional en Ciencia del Diseño como aprendiz de Richard Buckminster Fuller en el International College en California. El Dr. Abruña es un arquitecto licenciado, profesor jubilado de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico y miembro del Instituto Americano de Arquitectos. También es el fundador y expresidente del Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos, Capítulo del Caribe y es reconocido públicamente como la autoridad en diseño sostenible en Puerto Rico. Abruña es autor de los libros locales más vendidos sobre diseño y construcción ecológica, Fresco Gratis (que trata sobre los sistemas de refrigeración pasiva) y ¡Casas! (publicado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña). Es el fundador y primer director del Estudio de Diseño Sustentable de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico. Abruña practica su profesión con su esposa, la arquitecta Margaret Musgrave, consultora de color, agente certificada de bienes raíces para propiedades ecológicas y la persona a cargo de la arquitectura de interiores de la empresa. La oficina de arquitectos Abruña & Musgrave está localizada en un edificio de doscientos años de antigüedad en la histórica ciudad de San Juan, Puerto Rico.

 

 

 

 

Fernando Abruña, 18 de febrero de 2019

¿Qué le inspiró a invertir inicialmente en este movimiento de diseño y construcción?

Antes de estudiar arquitectura estaba estudiando un Bachillerato en Psicología. Recuerdo estar caminando con un amigo en la Universidad de Puerto Rico cuando vi un árbol proyectando su sombra sobre una alcantarilla en la calle. Vi esta bella y contrastante combinación entre los sistemas naturales y artificiales: la alcantarilla como una expresión de tecnología y la sombra parpadeante de las hojas del árbol tan hermoso, moviéndose con el viento y en contra de la luz solar. Esto fue una epifanía; me dije a mi mismo que esto es algo especial e importante. Le dije a mi amigo: "Regresemos a la biblioteca. Me gustaría ver algunos catálogos de escuelas de arquitectura". Allí vi algunos catálogos y el que me llamó la atención fue el catálogo de la Escuela de Diseño de Rhode Island (RIDS, por sus siglas en inglés). Eventualmente me gradué de RISD donde hice mi investigación sobre ventilación natural; la escuela estaba tan interesada en mi idea que me apoyaron en la construcción de un túnel de viento y aportaron un espacio para llevar a cabo mi investigación. Mi primer libro, Fresco Gratis, fue escrito en el 1980 y estaba basado en esta investigación. Luego procedí a demonstrar y manifestar mis ideas en el mundo a través del diseño, construcción, publicaciones y educación.

¿Qué significa 'resiliencia' para usted?

La palabra viene del principio estructural de que un material vuelve a su estado original una vez se ha quitado una carga. La gente inventa nuevas definiciones cada día. La forma en que yo lo defino es como un espacio de vivienda diseñado para sobrevivir eventos (incluyendo los climáticos) catastróficos a través de 'redundancia viable'. La redundancia en los sistemas mejora la resistencia del ambiente construido porque permite su supervivencia. Si el primer sistema falla, el segundo sistema entra en juego. Si el segundo sistema también falla, el tercer sistema toma su lugar. El reto, como yo lo veo, es cómo hacer que esta redundancia sea viable económica y socialmente, y de ahí surge el término 'redundancia viable'. La resiliencia depende grandemente del mantenimiento; el MANTENIMIENTO es más importante que los conceptos de sostenibilidad y resiliencia, especialmente en Puerto Rico, donde la fuerza catastrófica del huracán María seriamente impactó los sistemas que no contaban con el beneficio de un mantenimiento adecuado. Siempre que se diseña un sistema, es necesario planificar y llevar a cabo su mantenimiento. Los fondos recurrentes y la participación de los usuarios para asegurar el mantenimiento son esenciales para que la resiliencia y sostenibilidad funcionen adecuadamente.

¿Qué dificultades enfrentaron al crear estos modelos?

Cuando comencé a trabajar con estas ideas dentro de la industria del diseño y construcción, la electricidad, los materiales y los recursos eran más económicos. La electricidad era tan económica que la gente no tomaba en consideración la ventilación natural, la iluminación natural y las estrategias pasivas porque era relativamente económico hacerlo de la manera incorrecta. El embargo petrolero de 1973 causó, en mi opinión, un cambio tecnológico y cultural donde la gente comenzó a apreciar la naturaleza, la sostenibilidad y la resiliencia como posibles soluciones a los desafíos que presenta el ambiente construido y sus efectos sobre la naturaleza. Al principio, fueron las fuerzas de la contracultura las que pusieron este debate en primer plano. Me convertí en un activista ambiental; sabía que la tala de árboles no era un asunto trivial dado los beneficios inherentes que se derivan de su existencia. Sabía que era incorrecto, pero no podía justificarlo con argumentos racionales. Mi enfoque fue visceral. Más tarde, las instituciones corporativas comenzaron a adoptar estas ideas, a evaluar el impacto de estos sistemas y a atribuir métricas científicas al trabajo para medir ese impacto. El desafío en aquel momento, cuando comencé a hacer esto, era que las métricas no existían. Por ejemplo, ahora con las métricas científicas se puede argumentar que no se debe cortar un árbol porque el uso de aire acondicionado le costará más en energía, en retención de agua, etc.

Otra dificultad es el factor de riesgo y qué comunidades van a estar en primera fila para los efectos del cambio climático y sus consiguientes desplazamientos. El lugar donde naces es una parte tan significativa de tu propia alma. Algunas comunidades enfrentan más dificultades que otras dependiendo de sus recursos. El costo de las cosas se está disparando. Construir en lugares propensos a inundaciones será más costoso que ir a un lugar nuevo. Pero si hablamos de la reubicación de comunidades, tenemos que hablar de comunidades adineradas como Ocean Park, al igual que las comunidades con problemas económicos y desfavorecidas como las que bordean el Caño Martín Peña. Si se va a hablar de reubicar a las comunidades, es necesario hacerlo de manera generalizada y no sólo en las comunidades con ingresos bajos, que suelen ser las más expuestas y vulnerables. No puede haber excepciones. El mismo argumento de reubicación está sucediendo y seguirá aumentando a nivel mundial. Imagine a un extranjero, digamos de Suiza, elaborando un argumento para que todos los puertorriqueños se muden de la isla porque cada año estamos en la ruta de los huracanes, lo cual tiene sentido...pero, ¿todos los puertorriqueños van a estar de acuerdo con esta idea? Las comunidades vulnerables también enfrentan las mismas dificultades en las áreas propensas a inundaciones. Este es un asunto complejo que requiere una discusión más detenida. Al final del día, la naturaleza tomará la decisión final si nosotros, como sociedad, no podemos llegar a un acuerdo equitativo entre todos nosotros.

¿Qué lecciones usted ha aprendido de María y en qué debemos invertir?

El gobierno emitió fondos de recuperación que deben ser administrados correctamente. Al parecer hay un frenesí desesperado sobre cómo usar ese dinero. Necesitamos movernos de una manera más pausada para poder asegurarnos de utilizar el dinero correctamente, en los lugares adecuados y, sobre todo, que el mantenimiento sea una prioridad en ese plan. Los ojos del mundo están puestos sobre Puerto Rico. Lo que hagamos será observado y estudiado cuidadosamente por muchas otras comunidades alrededor del mundo. Puerto Rico está viviendo ahora lo que otras regiones del mundo enfrentarán.

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